Estamos acostumbrados a ver el pistacho como un tentempié saludable para picar entre horas. Y sí, lo es. Pero cada vez son más las personas que lo integran en su cocina diaria, y con razón: su sabor, su textura y sus propiedades lo convierten en un ingrediente muy interesante para platos dulces y salados.
En Rodenas Projects trabajamos con pistacho ecológico y sabemos bien todo el potencial que tiene. Por eso hoy queremos compartir algunas ideas sobre cómo sacarle partido en la cocina, más allá de comérselo directamente del bol.
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En ensaladas, desayunos y platos fríos: ese toque crujiente que cambia todo
Una de las formas más fáciles de usar pistachos en la cocina es añadiéndolos picados a ensaladas. Dan textura, un punto de sabor suave y combinan con casi todo: queso de cabra, frutas, vinagretas…
También funcionan muy bien como topping en desayunos tipo yogur con fruta o en un porridge calentito. Incluso sobre una tostada con aguacate o tomate, para quienes les gusta empezar el día con algo distinto.

En platos salados: más versátil de lo que parece
Puede que no lo parezca, pero el pistacho encaja de maravilla en platos salados. ¿Has probado a hacer una salsa de pistacho para pasta?
Queda cremosa, suave y con mucho sabor, sin necesidad de nata ni ingredientes pesados. También puedes usar pistachos picados para hacer una costra crujiente en carnes o pescados al horno: se mezcla con pan rallado, ajo, un poco de limón… y queda espectacular.
Otra idea curiosa es incorporarlo en rellenos. Por ejemplo, en unas berenjenas rellenas con arroz y frutos secos, o en un pavo al horno para fiestas. El pistacho da un toque diferente sin ser invasivo.
En postres: un clásico que nunca falla
Aquí no descubrimos América, pero sí vale la pena recordarlo: el pistacho es un clásico en la repostería, y no solo en el baklava. Se usa en bizcochos, cremas, tartas, galletas o helados, y lo mejor es que además de sabor, aporta ese color verde tan reconocible que queda genial en cualquier presentación.
Además, combina muy bien con chocolate blanco, frutos rojos o cítricos, así que puedes improvisar postres bastante resultones sin complicarte mucho.

Cremas, untables y bebidas: nuevas formas de disfrutarlo
Además de comerlo como fruto seco o cocinarlo, el pistacho se está empezando a ver en otros formatos. Uno de los más populares últimamente es la crema de pistacho, algo así como una mantequilla de cacahuete pero mucho más fina y con un sabor más delicado. Perfecta para untar en pan, añadir a smoothies o para dar un giro a postres tradicionales.
También hay quien prepara bebida vegetal de pistacho, ideal para quienes no toman leche de origen animal y buscan algo diferente. Tiene un sabor más suave que otras leches vegetales y es rica en proteínas y grasas saludables.
Un ingrediente con recorrido y mucho por explorar
En resumen: el pistacho no solo se come, se cocina. Y se cocina bien. Tanto si lo usas para decorar, para aportar sabor, como base de una receta o simplemente para experimentar, es un ingrediente que tiene muchas posibilidades.
Desde Rodenas Projects queremos seguir compartiendo ideas que le den valor al trabajo que hay detrás de cada cosecha, pero también a las pequeñas cosas del día a día: como un plato bien hecho con productos de calidad.
¿Y tú?
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